Una de las actividades cotidianas del ser humano a través de su historia ha sido el trabajo. En la actualidad, en la mayoría del mundo, una tercera parte del día se dedica a trabajar y aproximadamente la mitad del tiempo de vigilia se pasa en el lugar de trabajo o en alguna actividad relacionada con este como el traslado. Todo esto porque el trabajo es la principal forma por la cual las personas perciben sus ingresos, con los cuales, buscan tener la mejor calidad de vida que les sea posible, sin embargo, en muchas ocasiones cuando se habla de calidad de vida automáticamente se viene a la mente que tal concepto solo se aplica cuando la persona o el empleado ha concluido con su jornada laboral y a partir de ahí puede disfrutar de su tiempo restante como mejor le plazca.
De lo anterior nos surge
la siguiente pregunta, ¿Puede el trabajo, en las condiciones en las cuales se
presenta en nuestros tiempos, facilitar el desarrollo de las potencialidades
humanas más allá de aquellas capacidades que son necesarias para elevar la
productividad y efectividad que le demanda su actividad laboral?
Si fuera así, sería una
actividad que enriquecería a la persona en todos los aspectos de su vida, que
ciertamente iría a trabaja, pero que al mismo tiempo podría poner en práctica
sus valores y principios, podría sentirse realizado con la labor que ejerce,
podría colaborar con el bienestar y seguridad de aquellos que lo rodean y
ayudaría a generar una mejor sociedad además que… ¡Le pagarían por hacerlo!
Todo lo anterior variaría dependiendo de qué es lo que cada persona sigue y las
aspiraciones que tiene en cuanto a su sentido de vida.
“…ayudaría a generar una mejor sociedad
además que… ¡Le pagarían por hacerlo!”
Lo anterior mencionado,
en ocasiones parece una contradicción para algunas personas, ya que se cree que el fin último del trabajo es
producir y generar ganancias económicas tanto para el empresario como para
el empleado y se desecha por completo una posibilidad de llegar al “ganar - ganar”, en cuanto a que la
empresa pueda obtener un incremento en sus ganancias económicas si procura proveer
el ambiente adecuado para el desarrollo humano integral de las personas que
forman parte de su equipo de trabajo.
Peter Senge (2010) en su
libro “La quinta disciplina”, menciona lo siguiente:
“El aprendizaje
individual no garantiza el aprendizaje organizacional. Pero no hay
aprendizaje organizacional sin aprendizaje individual.”
Esto nos dice que es
necesario invertir y generar el aprendizaje en todos los miembros de la
organización para con esto ayudar a que la empresa sea generadora de ideas
innovadoras y que revolucionen el mercado y el mundo.
Otro ejemplo citado en el
mismo libro es el de Kazuo Inamori, directivo de Kyocera quien menciona lo
siguiente:
Trátese
de investigación y desarrollo, administración de empresas o cualquier otro
aspecto de los negocios, la fuerza activa es la "gente". Y la gente
tiene su propia voluntad, su propio parecer y su propio modo de pensar. Si los
empleados no están motivados para alcanzar metas de crecimiento y desarrollo
tecnológico... no habrá crecimiento, mayor productividad ni desarrollo
tecnológico.
Según datos de Senge
(2010), mencionados en el mismo libro, en treinta años Kyocera vendió más de
2000 millones de dólares, una cantidad que no puede pasar desapercibida.
Es aquí donde toma relevancia salir del marco de referencia habitual, donde se ve el trabajo como una carga y una condena por parte de los empleados, y por parte de los empresarios, pareciera que apostar por la formación y crecimiento personal y ético de los trabajadores es visto como una pérdida de tiempo y dinero.
Este punto nos lleva a
pensar que es necesario para realizarnos plenamente como humanos y dar lo mejor
de nosotros a este mundo, reconocer nuestra misión y valores con los cuales
vamos a hacerle frente a nuestra vida diaria, y como ya se ha visto una parte
importante de nuestra vida es el trabajo. Por esto es necesario tener una
visión de nuestro futuro y direccionar nuestras acciones en el presente para
tratar de alcanzarlo y hacerlo realidad. Sin embargo, para esto es importante
la elaboración de un proyecto de vida.
El párrafo anterior
aplica tanto para las empresas como para los individuos que trabajan en ellas.
Sin embargo, a la empresa le compete tener claras la misión, visión y valores
con las cuales tratará de hacer el mejor trabajo posible y con ello generar
valor en los bienes y servicios que ofrece para después trasmitir esto a sus
trabajadores. Esto es importante ya que cuando una empresa pone su meta en
generar valor y no en capitalizarse lo más pronto posible y a cualquier costo,
regularmente se convierten en empresas de clase mundial trayendo consigo
innovación y progreso.
Es una oportunidad para que el hombre pueda elegir que quiere hacer y en el hacer “hacerse a sí mismo”: El trabajo es una oportunidad para elegir que quiere hacer en total uso de su libertad y con la consecuente responsabilidad sobre la tarea que asuma. Es una oportunidad para cuestionarse hacia dónde quiere dirigir su obrar mientras esté en este mundo. En el trabajo el hombre “hace” y en el hacer se “hace a sí mismo”. El trabajo se presenta como oportunidad para conocerse, descubrir sus talentos y capacidades además de sus limitaciones personales. Permite superar sus propios límites y hacer un aporte importante al mundo. El hombre tiene la capacidad de autoconfigurarse y el trabajo se presenta como un vehículo para poder realizarlo. (2010)
Por eso es importante, a
la hora de buscar un empleo, no solo revisar el número de ceros que presenta el
salario que se recibirá, sino también las opciones de desarrollo que nos puede
presentar, los valores y principios que sigue la empresa, su responsabilidad
social, los planes de desarrollo que tiene para los empleados y su fin último.
Como empresas es
necesario no solo buscar conseguir mano de obra barata, sino analizar e
implementar los medios para ayudar a expandir las posibilidades que tienen sus
empleados para ser mejores personas y ayudar al desarrollo social produciendo
bienes y/o servicios de calidad y que generen valor para contribuir en mejorar
la vida de las personas.
A fin de cuentas, la
empresa busca un cierto perfil en los empleados que contrata y en ellos
promueve los valores deseables con los cuales las personas que ahí laboran se
deben desenvolver, por lo menos en las horas de trabajo. Las empresas en la actualidad pueden ser grandes promotoras del desarrollo
social.
“En
la actualidad existen ejemplos de empresas altamente exitosas que su forma de
generar ventajas competitivas es la estimulación del desarrollo y la
creatividad de sus empleados.”
Como conclusión, al
trabajador le conviene apoyar a la empresa con su trabajo para que esta crezca
y pueda generar mejores condiciones para ellos y para la sociedad. Y a las
empresas les conviene formar excelentes seres humanos para así poder
beneficiarse de los grandes beneficios de tener excelentes personas como
empleados. Si esto no se da así, entonces empiezan los conflictos y la
mediocridad laboral, por lo que en caso de darse lo mejor será dialogar para
resolver el problema que exista.
Elaborado por:
Alfredo Enrique Sepúlveda Padilla.
Licenciado en Desarrollo Humano y Maestrante en Gestión Directiva.
Miembro fundador de VivoMejorando.com
Referencias
Copello, L. (09 de 03 de 2010). logoforo.com. Obtenido de https://logoforo.com/el-sentido-del-trabajo/
Senge, P. (2010). La quinta disciplina. Buenos Aires: Garnica.
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